Ya seas anfitrión o coanfitrión, esta página puede ayudarte a obtener información relacionada con la legislación o los requisitos de registro que podrían aplicarse en tu caso si decides ofrecer en Airbnb una experiencia en la que haya música.
Ten en cuenta que esta información es de carácter general, no exhaustiva y no constituye asesoría legal. El objetivo de esta página es darte una idea de los tipos de normas aplicables a tu experiencia, y ayudarte a comprender algunos de los aspectos que debes tener en cuenta.
Como anfitrión o coanfitrión de Experiencias, tú controlas lo que ofreces y eres responsable de conocer y respetar las leyes y la normativa pertinentes. Los distintos países tienen diferentes requisitos y normas en materia de permisos y licencias. Este artículo puede servir como punto de partida o como un lugar al que puedes regresar si tienes preguntas. Pero recuerda que no es exhaustivo, no constituye una asesoría legal y no podemos confirmar la fiabilidad o exactitud de ninguna fuente que se cite. Te recomendamos que verifiques que las leyes y procedimientos no hayan cambiado recientemente.
Por lo general, la música está protegida por leyes en materia de derechos de autor, a menos que sea de dominio público. Cuando una obra está protegida por derechos de autor, significa que el titular de dicha obra tiene ciertos derechos exclusivos. Si reproduces música durante tu experiencia (o si la transmites por internet), es posible que necesites permisos o licencias para hacerlo. Los permisos y las licencias que debes obtener dependerán de varios factores, como la ubicación geográfica, el lugar donde se lleve a cabo y el tipo de actividad que realizarás. Sin embargo, la responsabilidad en todos los casos recaerá sobre ti o sobre el recinto donde tenga lugar la actividad.
Para obtener el derecho a interpretar o reproducir música, habitualmente es necesario firmar un acuerdo de licencia. El que se aplique normalmente especificará, entre otras cosas, dónde puedes reproducir música, qué música puedes reproducir, cómo puedes (y cómo no puedes) usarla, cuánto tienes que pagar por el derecho a usarla, el plazo o la duración de la licencia y qué informes de uso de música, si los hay, pueden ser necesarios.
En Estados Unidos, existen dos tipos derechos de autor a los que está sujeta la música: (1) los derechos de autor sobre la obra musical (también llamada composición), que consta de las notas musicales y la letra de una canción, y (2) los derechos de autor sobre una interpretación específica recogida en una grabación de sonido (también llamada fonograma). Por lo tanto, una canción grabada (como una pista en un CD) constituye dos obras sujetas a derechos de autor: por un lado, el fonograma del artista interpretando la obra musical y, por otro lado, la obra musical en sí.
Las obras musicales suelen ser propiedad de editores de música o estar administradas por estos, mientras que los fonogramas suelen ser propiedad de discográficas o estar administrados por estas. Sin embargo, el derecho a reproducir o interpretar obras musicales en público, ya sea desde un CD o LP o por parte de una banda que actúe en directo, suele estar administrado por unas entidades llamadas Performing Rights Organizations (PRO u organizaciones de derechos de interpretación). Debido a que las obras musicales suelen tener más de un titular de derechos de autor, es posible que necesites el permiso de los diferentes representantes de estos titulares para reproducir o interpretar una obra en público.
Cuando obtengas licencias de música, te recomendamos que solicites asesoría especializada para asegurarte de que cuentas con todos los derechos necesarios. Es tu responsabilidad verificar si el uso que haces de la música requiere una licencia, así como obtener las que necesites.
Si organizas una experiencia en la que un artista interpretará versiones de canciones existentes, es posible que solo necesites obtener los derechos sobre las obras musicales. Si quieres transmitirla en vivo por internet, se pueden aplicar reglas similares. También la transmisión en vivo puede implicar derechos adicionales, dependiendo de cómo se realice. Por lo general, la presentación en vivo de un artista no implicaría una grabación del sonido a menos que estuvieran reproduciendo una pista pregrabada. Por el contrario, un evento de karaoke probablemente requiera los derechos tanto de las obras musicales como de las pistas musicales para cantar, que pueden ser diferentes a la grabación de sonido lanzada de forma comercial que puedes haber comprado en CD o en iTunes. Para los usos del karaoke, es posible que también tengas que adquirir derechos para mostrar la letra de la obra musical. Si usarás una obra musical en público, ya sea reproduciendo música grabada o mediante la interpretación en directo de un artista, es posible que también tengas que solicitar a una PRO una licencia de reproducción o interpretación en público.
Por lo general, si tú u otra persona interpretarán obras musicales en un lugar abierto al público, debes obtener licencias de interpretación en público para las obras musicales que se interpretarán. Si tú u otra persona a tu cargo reproducen fonogramas, es posible que no necesites una licencia de interpretación en público, pero lo mejor es que solicites asesoría legal antes de tomar una decisión definitiva.
Además, es posible que necesites obtener licencias si parte de tu experiencia conlleva la realización de copias de obras musicales no originales, como copias en CD para proporcionárselas a los participantes, o si grabas una experiencia y tienes la intención de publicarla en línea después, ya sea en plataformas de video bajo demanda o de manera permanente. Esto se debe a que los titulares de los derechos de autor sobre las composiciones y los fonogramas tienen derechos exclusivos de reproducción y distribución, y la realización de copias de obras musicales y fonogramas o la distribución de copias de estos puede requerir el permiso de los titulares de los derechos de autor.
Para saber si la música está sujeta a derechos de autor, tendrás que analizar cada caso. Una regla general es que si la música es actual o de las últimas décadas, entonces es probable que esté protegida por derechos de autor. La protección de los derechos de autor dura bastante tiempo, así que en caso de que tengas dudas, puedes asumir que está protegida. El Centro de Información sobre Derechos de Autor de la Universidad de Cornell es un recurso útil que te ayudará a determinar si una obra es de dominio público en Estados Unidos. La duración de la protección de los derechos de autor de las composiciones y los fonogramas varía según el país.
Para obtener una licencia de uso de música, puedes contactarte con los titulares de los derechos de autor de la obra musical o sus representantes autorizados.
Los compositores, letristas y editores estadounidenses suelen unirse a una PRO, concediéndole el derecho no exclusivo de otorgar licencias sobre su música y hacer valer sus derechos de reproducción o interpretación en público. En Estados Unidos, las PRO principales son la Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores (ASCAP), Broadcast Music, Inc. (BMI), SESAC y Global Music Rights (GMR). También existen otras PRO que controlan las obras de música menos popular. Las PRO normalmente otorgan licencias globales para interpretar de forma pública todas las obras que representan. Dependiendo de la música que quieras usar, es posible que necesites licencia de una o más PRO. Las PRO a menudo proporcionarán una herramienta de búsqueda para su repertorio en su sitio web. Si sabes de antemano qué música se reproducirá o interpretará, podrás identificar a los titulares de los derechos de autor o representantes de dichas obras a través de una de estas herramientas de búsqueda.
En otros países, los compositores a menudo ceden sus derechos a una PRO para que esta se convierta en la única entidad que puede autorizar la reproducción o interpretación en público de su música. Te recomendamos que te contactes con alguna PRO de tu propio país para preguntar sobre las licencias que se pueden necesitar para cualquier experiencia que organices. Recuerda también que puede haber una o más PRO autorizadas para conceder licencias para la reproducción e interpretación en público de obras musicales y una o más PRO autorizadas en un país para conceder licencias para la reproducción en público de fonogramas.
Ten en cuenta que la terminología utilizada para describir los derechos de autor relativos a la música también puede variar según el país. Las PRO pueden denominarse organizaciones de gestión colectiva (CMO, por sus siglas en inglés) o compañías de licencias musicales (MLC, por sus siglas en inglés). Las regalías que se deben pagar por el derecho también se llaman “derechos de remuneración”. Por otra parte, el derecho a reproducir o interpretar un fonograma puede denominarse “derecho conexo” o “derecho afín”.
Si estás planeando reproducir o que se reproduzca música grabada en una experiencia ofrecida en Estados Unidos, la reproducción pública de fonogramas puede no requerir una licencia, debido a ciertas exenciones legales. Otros países aparte de Estados Unidos normalmente no tienen tales exenciones, así que es probable que se apliquen reglas distintas. Para obtener información sobre ciertos usos de los fonogramas en Estados Unidos, puedes consultar el sitio web de SoundExchange, Inc., una organización sin fines de lucro creada para recopilar y distribuir regalías en relación con ciertas reproducciones en público y la realización de copias de fonogramas.
Si deseas utilizar obras musicales específicas o fonogramas concretos durante tu experiencia y prefieres acudir directamente a los titulares de los derechos de autor de dichas obras, puedes hacerlo (al menos en Estados Unidos, aunque es posible que no sea así en otros países). Sin embargo, este proceso generalmente lleva mucho tiempo y es posible que las grandes corporaciones no puedan responder a solicitudes de licencia individuales. Si contrataste a un artista para tocar o cantar durante una experiencia y el artista escribió su propia música y la está interpretando en vivo, el artista puede concederte una licencia directa para la interpretación pública de su música. Sin embargo, la posibilidad de conceder una licencia directa dependerá de si cedieron sus derechos a un tercero, como un editor de música o una CMO. Si un artista cedió sus derechos a un tercero, entonces, incluso si compuso la música, es posible que no tenga la autoridad para concederte una licencia directa. En este caso, tendrás que obtener una licencia de una PRO o una CMO, dependiendo del país en el que te encuentres.
Algunas jurisdicciones también pueden tener leyes que restrinjan el ruido o que requieran permisos para el entretenimiento en vivo.
Te recomendamos que te comuniques con el organismo local competente para averiguar si existe alguna norma que limite las formas en que se puede utilizar la propiedad donde ofrecerás tu experiencia.
Si tu experiencia implica combinar música con otra actividad, asegúrate de echar un vistazo a nuestros otros artículos sobre las normas y reglamentos para Experiencias en Airbnb para empezar a investigar cómo se aplican a la tuya.
Organizar una experiencia que incluya música puede ser complicado. Si aún no sabes mucho acerca de lo que harás, te recomendamos que hables con un abogado. Si organizas una en Estados Unidos, el sitio web de la Oficina Estadounidense de Derechos de Autor es una buena fuente de información.
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